Durante 5 días del mes de agosto, unos 200 onienses llevan a cabo la representación histórica más antigua de la provincia de Burgos, El Cronicón de Oña. Cada año desde 1987, esta recreación medieval relata los acontecimientos de la historia de la fundación del Monasterio de San Salvador durante los siglos XI y XII y la vida de los personajes que están enterrados en el panteón real y condal de Oña.
Personajes como el Cid Campeador, Sancho II el Fuerte de Castilla, Sancho III el Mayor de Navarra, Fernán González o Doña Urraca, pasean sobre el escenario entre escenas de batallas, conspiraciones políticas, escarceos amorosos o intrigas palaciegas y cortesanas.
El Cronicón de Oña es una manera didáctica y amena de conocer y comprender aquellos sucesos históricos que dieron lugar a la formación del Condado de Castilla y su conversión al reino. La representación comienza al caer la tarde con una escena de calle en las escalinatas de la Iglesia de San Salvador y continúa en su interior, donde el altar mayor hace de lujoso escenario, flanqueado por el panteón donde reposan los protagonistas de la obra y donde oraron los monjes benedictinos durante la Edad Media.
La interpretación, la puesta en escena, el impresionante vestuario y el magnífico juego de luces y sonido transportan con facilidad al espectador al medievo.
Ese glorioso pasado ha dejado su huella en el monumento por el que la villa es reconocida, un patrimonio exquisito que contiene verdaderas joyas del arte románico y gótico.
El Cronicón de Oña se ha convertido en una cita imprescindible para los amantes de la historia dentro de la agenda cultural y social de la provincia de Burgos junto con otras 20 interpretaciones como Los 7 infantes de Lara (Castrillo de la Reina), La batalla de Atapuerca (Atapuerca) o Juana: Ciega razón (Arcos de la Llana).
Puedes adquirir las entradas desde su página web.
28 agosto, 2018 a las 11:23
Después de leer este artículo voy a reservar estas fechas para el próximo año.
Muchas gracias por la info!
29 agosto, 2018 a las 12:29
Hola Ángel, te aseguro que no te arrepentirás. Un saludo