Amanecemos en el cruce de la 1 con la 86. Invitamos a desayunar a Paul, que después continuaría con nosotras hasta el cruce de la 1 con la 862 (la carretera por la que conduciremos para visitar Dettifoss y Selfoss), él no las iba visitar ya que andaba mal de tiempo para llegar a Reykiavik.
¿864 ó 862? Creemos que no hay orilla mejor ni peor, en cualquiera de ellas se te va a desencajar la mandíbula con esta impresionante cascada. Está en un cañón de casi 30km de longitud con paredes verticales de 100m. y en algún punto de hasta más altura.
Dejamos la autocaravana en el parking, como siempre sin problemas para aparcar, no nos encontramos nunca más de cinco coches.
Comenzamos a andar por un camino (señalizado con estacas) que a los 400m. se divide en dos, Selfoss a 600m. a la derecha y Dettifoss a 400 m. a la izquierda. Nos decantamos primero por Selfoss.
Estas cascadas las crea el río Jökulsá, dentro del parque nacional Jökulsárgljúfur. Transcurre unos 30km entre varios saltos de agua antes de desembocar en Öxarfjörður, una bahía del Ártico.
El río baja del glaciar Vatnajökull. Dependiendo de la estación del año, el tiempo atmosférico y la actividad volcánica, la cantidad de agua varía.
Ante nuestros ojos teníamos Selfoss, otra grandiosa cascada de 44m. de altura con una anchura de 100m., digna de admirar durante horas.
Abandonamos Selfoss para dirigirnos a Dettifoss, el salto de agua más poderoso de Europa. Apenas las separa un kilómetro, así que enseguida comenzamos a ver una nube de agua suspendida acompañada de un gran rugido que a medida que nos acercamos se hace más ensordecedor.
Te das cuenta de lo pequeño y débil que eres ante la fuerza y grandiosidad de la naturaleza
Otra impresionante cascada de medidas similares a Selfoss. Esta cascada tiene el récord de caudal de agua, cada segundo caen entre 200 y 500 metros cúbicos.
Puede admirarse desde los dos lados del río Jökulsá. Se llega a la cascada por la carretera recién asfaltada 862 o por la 864, aunque esta vía suele estar cerrada de septiembre a mayo.
Todavía con las bocas abiertas y un poco mojadas continuamos nuestra ruta por la carretera 863 hacia la cadena volcánica de Krafla (región de Mývatn) al norte del país.
En los 48km. que distan desde Dettifoss hasta Viti el paisaje cambia radicalmente, pero siempre sorprendiéndonos, esta vez con praderas de impresionantes colores ocres que contrastan con campos de lava., eso sí, ni un solo árbol.
De lo más curioso. Desde la carretera vimos esta ducha en medio de la nada, y ¡cómo no! ahí nos paramos, teníamos que comprobar si el agua estaba caliente jajaja.
Si ya de por sí la imagen es de esas a la que reaccionas encogiéndote de hombros y torciendo la boca hacia abajo, imaginaos la cara que pusimos las cuatro cuando para un coche, se bajan dos chicos, (que por cierto, el protagonista de la historia no estaba mal) uno cámara en mano y el otro se nos desnuda integralmente y se pone a duchar ante nuestra cara de asombro. Ojipláticas nos miramos sin decir una palabra, quizás el hombre necesitaba una ducha…
Una vez comprobada que el agua de la ducha sí que estaba caliente seguimos nuestro rumbo por la zona de Krafla, hasta hacer una nueva parada en la tubería más famosa de Islandia, la que forma parte de la central geotérmica del mismo nombre.
Estas curiosas tuberías crean un paisaje surrealista. Esquivan la carretera elevándose 5,8m por encima de ella para continuar trepando por la zona volcánica.
Esta central fue inaugurada en 1977. La energía se produce al sacar agua caliente de varios pozos y transformándolo en vapor de agua para mover las turbinas que generan la electricidad que abastece a una gran parte del país.
Continuamos un poquito más adelante hasta el volcán Viti (en islandés significa infierno) se accede por una carretera que nos deja en un pequeño parking casi en la misma cumbre.
Comenzamos a rodear el cráter con su lago de color turquesa por la izquierda, eso era un auténtico barrizal, pero poco nos importaba. Al poco de empezar el rodeo nos topamos con un paisaje lunar de lo más espectacular, solfataras enormes que despedían olor a azufre.
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100 fotos después dejamos las solfataras para seguir recorriendo el cráter que también fotografiamos con saña, nuestra cámara también echaba humo, apenas desentonábamos con el paisaje. Conseguimos dar toda la vuelta al cráter, esto nos hizo medir 10cm más de la plataforma de barro que llevábamos en las botas. Dedicamos un buen rato a quitar el barro hasta dejarlas más limpias que la patena porque sino Estela no nos dejaba subir a la autocaravana.
Abandonamos Krafla, y a pocos kilómetros nos adentramos en la zona de Hverir, donde se encuentra Námafjall (montaña de mina) a los pies de Námaskaró (brecha de mina) por donde atraviesa la N1. Hverir es la mayor solfatara de Islandia.
Los pozos de lodo borboteando por las altas temperaturas, los depósitos de azufre y las fisuras por donde emanan vapores de agua con sulfuros de hidrógeno a gran presión que despiden un olor a azufre casi irrespirable se encargaron de transportarnos a la la luna.
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El camino está marcado por unas cuerdas y mas te vale que no te salgas de ellas porque tus botas corren el peligro de desintegrarse.
Teníamos que volver de la luna, y tan tras largo viaje que mejor que darnos un homenaje en las termas Jardbodin para relajarnos.
Los baños naturales de Myvatn se encuentra en una zona geotérmica al este de la grieta Grjotagja y al oeste de la montaña Namafjall.
Las vistas espectaculares mientras te bañas en agua calentada con la energía geotermal a la vez que estás rodeado de piedras volcánicas no tiene precio, bueno si, 3200ISK por persona, descuento con carnet de estudiante de 1000ISK. Un lujo para los sentidos.
Estos baños son mucho más baratos que la Laguna Azul y mucho menos concurridos. La única diferencia entre uno y otro ademas del precio es que en la Laguna Azul te puedes embadurnar con el barro blanco de sílice y azufre.
Amortizamos los baños todo lo que pudimos. Aprovechamos a darnos una buena ducha para no tener que hacerlo en la autocaravana. Cuando salimos el único vehículo que había en el parking era el nuestro, pero no teníamos prisa, esa es una de las ventajas de ir en autocaravana, no teníamos que llegar a ningún sitio en especial a ninguna hora en concreto.
Cogimos la carretera 87 para enlazar con la 85 que llega hasta Husavik donde pasaríamos la noche.
Estábamos en carretera cuando vimos que el cielo se estaba poniendo verde. Nos pusimos nerviosas, como las otras cinco noches que vimos que el cielo se teñía de ese color, buscamos rápido un buen sitio para parar, con poca luz. Nos metimos por un camino que llevaba al mar, allí paramos, no nos cansábamos de ver las luces del norte, la emoción nos invadía y volvíamos a disfrutar como que fuese la primera vez.
¿Cómo sería lo contrario de: te ha mirado un tuerto? Justamente eso nos pasó con las auroras.
Cuando ya nos «cansamos» de ver la aurora, cenamos tranquilamente para luego llegar hasta Husavik.
Paramos en el parking de un supermercado para pasar la noche, cerca de la iglesia, al ladito del puerto, así podríamos acercarnos a primera hora a las oficinas e intentar salir en algún barco para avistar ballenas. La mayoría de las excursiones las llevábamos reservadas desde España pero ésta lo dejamos en el aire, no por ganas sino por presupuesto, pero al no salir la zodiac de Jökulsárlon a causa del viento, nos devolvieron el dinero, así que nos lo gastamos en esta excursión.
El día siguiente recorreremos el norte de la isla viendo Godafoss y las curiosas casas de Laufás.
Vamos a contar «una curiosidad».
Al comenzar a preparar nuestro viaje por Islandia leímos que una ley de 1615 permitía el asesinato de vascos en el distrito de los Fiordos Occidentales de Islandia y nadie se acordó de derogarla hasta el 22 de abril de 2015 (osea hace cinco meses). La ley la promulgó el rey danés Cristian IV y la hizo cumplir Ari Magnússon, jefe de la región, para que sus vecinos persiguieran a los balleneros vascos que acababan de sufrir un naufragio: mataron a 32, la mayor masacre de la historia de Islandia.
6 marzo, 2016 a las 11:59
Alucinandooo! Cuando en la primera o segunda entrada, me dijiste que aún me quedaba mucho por ver, era muy cierto…Es un deleite ver tantas fotos tan bonitas y diferentes, aunque tocadas todas por ese halo de otro planeta que tiene este país. Maravillosas las de las praderas multicolores y esa tremenda cascada y las de las solfataras (lunar total) y el crater…uf!!! La temperatura que se ve en el baño no sé si es la ambiente, siete grados y siete décimas o la del agua 77º… La previsión para mañana en Reykiavik de menos cinco a cero de máxima (muy agradable) De todas formas y no es por poner pegas, pero me ha faltado una foto, ejem, ejem…
6 marzo, 2016 a las 12:00
Mil gracias Paco. La temperatura de las termas es la temperatura exterior 7º. Espero que te gustase la foto que echabas de menos. Un saludo Paco.
15 marzo, 2016 a las 17:44
Impresionante etapa!!! Menuda gozada de fotos.
15 marzo, 2016 a las 17:48
Gracias Carolina.
12 septiembre, 2018 a las 13:05
Hola, en octubre me voy a Islandia en autocaravana…como vosotras
Leyendo vuestros post veo que pasaais la noche en parkings, no hay problema para ello? Tenía entendido que hay que ir a camping
12 septiembre, 2018 a las 13:29
Hola M. Dolores. Nosotras estuvimos en septiembre de 2015 en Islandia, cuando aún había poco gente que viajaba a este fascinante país. Ahora las cosas han debido de cambiar bastante y tengo entendido que eso de acampar libremente se acabó. Como bien dices nosotras parábamos a dormir donde el cuerpo nos lo pedía, parking de supermercados, apartaderos en la misma carretera, pueblos… y sin problema. Pero quizás vosotros yendo en octubre que es temporada baja no tengáis problema en hacerlo, ya que no me imagino a nadie dando con los nudillos en la autocaravana para deciros que no podéis dormir ahí, sobre todo porque no hay gente en todo el país excepto en Reikiavik y poco más. Yo en vuestro lugar me arriesgaría, pero esta es mi humilde opinión. Por cierto, los camping (que también dormimos en alguno) han debido de encarecer de entonces a ahora de manera notable. Un saludo