Nuestro roadtrip comienza en Burgos. Teníamos por delante bastantes kilómetros y un par de departamentos que atravesar, Alto Garona y Tarn. No teníamos prisa, así que nos lo tomamos con calma.
Para el primer día nos marcamos como objetivo llegar a Toulouse, ciudad que nos apetecía visitar y en la que ya aprovecharíamos para pasar la noche. El segundo día lo dedicaríamos para atravesar el departamento de Tarn y ya de paso visitar un par de sitios muy chulos, Albí y Cordes sur Ciel. Y llegaríamos a dormir a Aveyron, departamento al que dedicaríamos el resto de nuestro viaje, que tiene miles de sitios idílicos para visitar.
Como hemos comentado en el itinerario de nuestro roadtrip por Averyron, hemos dividido la ruta en tres partes: oeste de Aveyron, este de Aveyron y sur de Aveyron. Comenzamos a desgranar todos los detalles desde el oeste. Esperamos que te enamore esta parte de Francia tanto como a nosotras.
Día 1 – 560 km
Toulouse – Alto Garona
Esta ciudad, conocida como la Ciudad Rosa por el predominio de este color en sus edificios, tiene más de 2.000 años de historia. Son muchas las civilizaciones que han ocupado esta región durante siglos: celtas, romanos, visigodos, cátaros… y que han dejado huella en esta ciudad.
En una visita a Toulouse es imprescindible visitar la Basílica de Saint-Sernin, la segunda iglesia románica más antigua de Francia que se caracteriza por su majestuosidad. Fue durante muchos años un lugar de peregrinación y actualmente está catalogada como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
El Convento de los Jacobinos, del siglo XIII, es un antiguo monasterio ubicado en el centro histórico. Se caracteriza por su claustro y sus pinturas murales. La Catedral de Saint-Etienne, se caracteriza por su construcción y por ser la única iglesia de la región que conserva sus vitrales originales, se desconoce el periodo en el que fue construida, aunque los primeros datos acerca de la catedral se recogieron en el siglo XI.
Merece la pena acercarse a la Plaza del Capitolio, donde se encuentra el Ayuntamiento, a la Torre del Homenaje, del siglo XVI, que hoy acoge la oficina de turismo de la ciudad y al Pont Neuf, que une el centro con el barrio popular de Saint Cyprien. Si se dispone de más tiempo recomendamos pasear en bicicleta junto al Canal du Midi y el Canal de Brienne o acercarse a la Cité de l’Espace, un parque temático que invita a descubrir el mundo de la aeronavegación y el espacio, ideal para pasar un día con niños.
Día 2 – 150 km
Albí – Tarn
Esta ciudad está clasificada como Patrimonio Mundial por la Unesco, es conocida como la Ciudad Episcopal. La arquitectura local destaca por el rojizo de sus ladrillos, que fueron elaborados con las arcillas de este río. Su centro histórico medieval está repleto de pasajes secretos, patios y callejuelas estrechas con casas de madera entramada.
Uno de los edificios más importantes de esta ciudad es el Palacio de la Berbie, antigua residencia episcopal y uno de los castillos más antiguos y mejor conservados de Francia, que, actualmente, alberga el Museo Toulouse-Lautrec. Posee unos cuidados jardines con unas bonitas vistas del río Tarn y el Pont-Vieux, del año 1040, uno de los más antiguos de Francia.
Junto al Palacio se encuentra la imponente Catedral de Santa Cecilia, la mayor catedral de ladrillo del mundo. Construida entre los siglos XIII y XV, se trata de una obra maestra del gótico meridional. También se le conoce como la catedral más grande pintada de Europa, ya que su interior es como una Biblia Ilustrada. Sus paredes están decoradas ¡con 18.500 m2 de frescos!, entre los que destaca el mayor “Juicio Final” de la Edad Media, con 200 m2 de superficie.
Cordes sur Ciel – Tarn
Dentro del departamento de Tarn también se encuentra este pueblo medieval, situado sobre un monte y rodeado por murallas que protegen un conjunto de calles estrechas y tortuosas. Fue fundado en 1222 con el objetivo de convertirse en un punto defensivo ante los cátaros.
Entre los siglos XIII y XIV, Cordes sur Ciel tuvo un gran auge comercial gracias al mercado de telas, sedas y pieles. Los enriquecidos comerciantes se construyeron espectaculares mansiones de arquitectura gótica que aún hoy podemos observar, entre las que destacan la casa del Gran Halconero, la casa Prunet y la casa del Gran Montero.
Hoy, la zona amurallada de Cordes sur Ciel ofrece un agradable paseo por sus callejuelas, entre mansiones con siglos de historia, su Museo del arte del azúcar y Chocolate, la Iglesia de San Miguel, con un campanario muy particular que se comenzó a construir el 1263 y la Plaza del Mercado, donde se encuentra un famoso pozo de excepcional profundidad (113 metros), y por el que se dice se arrojaron a tres inquisidores en 1233, toda una incógnita.
Oeste de Aveyron
Najac
Sobre los meandros del río Aveyron, rodeado de frondosos bosques y en lo alto de una cresta rocosa, se encuentra otro de los pueblos más bonitos de Francia, Najac. Este pueblo medieval de apenas 100 habitantes se extiende a lo largo de una única calle.
En una de las puntas de este pueblo se encuentra el imponente castillo, clasificado como Monumento Histórico y cuyos orígenes datan del año 1100. En 1263 se construyó una segunda torre circular, en la que se pueden subir sus 119 peldaños para disfrutar de unas vistas idílicas de Najac. Al pie del castillo se encuentra la iglesia de San Juan Evangelista, de estilo gótico meridional y construida entre los siglos XIII y XIV.
Continuando el paseo por la larga calle de Najac puedes ver la Capilla San Bartolomé, del siglo XIV, transformada en habitación; la Puerta fortificada de la Pica, del siglo XIII; la Casa del Gobernador, de los siglos XIII-XV; la Casa del Senescal, de los siglos XV-XVI; la Fuente de los Cónsules, de 1344; la Plaza del Barry del siglo XV con sus soportales y el Puente de San Blas.
Villefranche de Rouergue
Esta bastida real, a orillas del río Aveyron, fue fundada en 1252. Paseando por cualquiera de sus calles se llega al centro neurálgico y religioso del pueblo, la Plaza de Notre Dame, declarada Monumento Histórico. En ella podemos apreciar sus arcadas medievales, sus bonitas casas antiguas de los ricos comerciantes, cuyas puertas y torres simbolizaban la posición social de los habitantes en el siglo XV, y, por supuesto, la colegiata de Nuestra Señora, con el imponente porche-campanario de 54 metros de altura. El tesoro de la Colegiata son las 62 sillas del coro, que Ilustran la visión de todo un universo medieval que mezcla fantasía, truculencia y escenas anecdóticas de la vida cotidiana. Se pueden subir los 163 peldaños para disfrutar de una vista excepcional de la ciudad.
De visita obligatoria es la Capilla de los penitentes negros. De fachada sencilla pero con un rico interior, que sorprende por la abundancia de su decoración. Destaca la bóveda de madera pintada con colores vivos y el retablo de madera policromado. Una obra de arte barroca.
A 2,7 kilómetros, dirección este, se puede visitar la Chapelle Notre-Dame de Treize-Pierres. Esta capilla fue construida durante las epidemias de peste en Villefranche de Rouergue, y está completamente decorada con frescos bizantinos. Y a 2,3 kilómetros, en dirección sur se encuentra la cartuja Saint-Sauveur con su gran claustro, uno de los más grandes de Francia.
Dónde comer cerca de Villefranche de Rouergue
Nos dimos un buen homenaje en el restaurante Le Relais de Farrou, un sitio elegante con una gran terraza exterior, donde nos sirvieron buena comida, bien elaborada y exquisitamente emplatada.
Dónde dormir en Villefranche de Rouergue
Nuestro lugar escogido para descansar fue Les Fleurines, en Villefranche de Rouergue, y no nos equivocamos, ya que fue uno de los mejores alojamientos del todo el viaje. Un hotel de diseño con un montón de servicios. A destacar la sauna con forma de barril de la azotea… ¡nos enamoró!.
Día 3 – 109 km
Gruta Foissac
Francia es el primer país europeo en turismo subterráneo. El año pasado visitamos varias cuevas de los valles de Dordoña y Lot, a cada cual más espectacular. Nunca nos cansamos de ver estas maravillas subterráneas que nos regala la naturaleza, por lo que no podíamos dejar de visitar la cueva de Foissac, descubierta en 1965. A lo largo de la visita se van descubriendo agradables sorpresas tanto por la belleza de sus concreciones como por las numerosas huellas de presencia humana. En el lugar han sido descubiertos hogueras, utensilios, vasijas de barro y varios esqueletos humanos. Lo más sorprendente: una huella de niño de hace cuarenta siglos perfectamente definida. Otro de los puntos fuertes de la cueva es una figurita paleolítica tallada en un hueso con dibujos geométricos. Los investigadores creen que fue tallada hace unos 20.000 años. Representa a un ser humano que parece tener un bebé entre los brazos.
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Peyrusse le Roc
En un marco salvaje y verde se descubre Peyrusse le Roc, un pueblo medieval de gran belleza. Un sendero en cuesta, que sale del centro del pueblo, lleva a los diferentes puntos de interés: las fotogénicas torres del castillo inferior, colgadas de la roca del Thaluc; las ruinas de la antigua iglesia de Nuestra Señora de Laval; el puente del Faubourg que atraviesa el Audierne; la Tumba del Rey, mausoleo del siglo XIV; los vestigios del hospital de los Ingleses; el campanario y la puerta de la Barbacana. Para completar el recorrido se puede visitar una exposición de carretillas y máquinas medievales.
Castillo de Bournazel
El castillo de Bournazel, catalogado como monumento histórico, fue construido dentro de una fortificación medieval a mediados del siglo XVI. Está considerado como uno de los castillos del Renacimiento Francés más bonitos del sur de Francia.
A través de una visita guiada, el visitante descubrirá una escalera renacentista con bóvedas de piedra, así como habitaciones amuebladas con pinturas, tapices y objetos de arte, cada uno provisto de una chimenea monumental. Sus jardines están clasificados como Jardines Notables. En ellos podemos ver un gran estanque, fuentes y un laberinto.
Conques
Caminando por la calle principal, enseguida pudimos ver emerger la famosa Abadía entre casitas de piedra y pizarra. En ese mismo momento supimos que Conques iba a ser uno de nuestros pueblos preferidos de Aveyron, que por supuesto, también se encuentra entre los pueblos más bonitos de Francia.
Conques es uno de los centros de peregrinación más importantes dentro del Camino de Santiago francés desde el siglo XI, fecha en la que los monjes de la abadía trasladaron las reliquias de Santa Fe hasta su monasterio. Esta joven mártir de 13 años fue llevada a la parrilla y decapitada en el año 303.
La Abadía de Sainte-Foy (entrada gratuita) se construyó entre los años 1041 y 1052, y es Patrimonio de la Humanidad. La abadía está considerada una obra maestra en el arte románico del Sur de Francia. Lo más destacable es el tímpano de su fachada principal. Del claustro, arrasado en el siglo XIX, solo se conservan algunos arcos y capiteles de la galería occidental y una fuente. Desde allí se accede al antiguo refectorio de los monjes donde actualmente se expone el Tesoro (entrada 6,50€). La pieza más importante es la estatua-relicario de Santa Fe, datada en el siglo X. La escultura es de madera y está recubierta de una capa de oro, plata y piedras preciosas. También se puede admirar en este museo el brazo-relicario de San Jorge, algunos cofres y altares o una letra A de plata dorada, regalo de Carlomagno a la abadía.
Además de pasear por sus calles sin prisa y sin rumbo, recomendamos subir a un mirador que hay en la parte alta de Conques, en el que te aseguramos que te quedarás un buen rato, ¡un verdadero lujo ver Conques a vista de pájaro!.
Dónde aparcar en Conques: Otro de los encantos de Conques es que está prohibido acceder al pueblo con vehículo, así que hay que dejar el coche en las afueras. Hay muy pocos sitios, por lo que está permitido aparcar en la orilla de la carretera. Eso si! Aparques donde aparques tendrás que pagar una tarifa única de 4€ que vale para todo el día.
Salles la Source
A medio camino entre Conques y Belcastel se encuentra Salles la Source, un pueblo conocido por su salto de agua de unos 20 metros, que proviene de un río subterráneo en pleno casco urbano. No es un lugar de visita obligatoria, pero si pilla de paso es un rincón atractivo donde hacer una pequeña parada.
Dónde comer cerca de Rodez
Bowling du Rouergue fue el restaurante que elegimos para ponernos las botas. Además de degustar una exquisita ensalada, una tabla de embutidos a los que acompañaban varios patés de la zona y una de las mejores carnes de Aveyron (denominación de origen Aurillac), descubrimos el aligot, plato tradicional que no faltó en nuestra mesa durante el resto del viaje… ¡umm… irresistible!.
Dónde dormir cerca de Rodez
La segunda noche dormimos en el Hotel Fontagnes, en Onet le Chateau, cerca de Rodez, en un castillo construido en el siglo XVI con piscina y unos enormes jardines, ideales para pasear tranquilamente. Las habitaciones son grandes pero bastante sencillas.
29 abril, 2020 a las 19:15
Qué bonita es Francia!
Es que vayas donde vayas, tiene multitud de cosas chulas que ver.
Felicidades por el post 😉
5 mayo, 2020 a las 6:47
Gracias. La verdad es que hace unos años eramos reacias a visitar Francia, pero fuimos un año a Bretaña convencidas por una amiga y desde entonces todos los años dedicamos 10 días a conocer un departamento. Este año tocaba el de Loira, a ver si es posible. Un saludo
5 mayo, 2020 a las 9:12
En cuanto pueda lo haré pero en camping. Q en Francia están geniales y baratos.
5 octubre, 2020 a las 9:56
Hola Mónica. Doy fe de ello, es una gozada viajar de camping por Francia, tienen las 3 B. Buenos, bonitos y baratos. Gracias por tu comentario.