Ponemos rumbo desde Swakopmund a Cape Cross por la C34, carretera asfaltada. De camino hacemos una parada para contemplar un buque alemán, el Zeila, que naufragó a finales de los 80 en esta costa.
Aunque en este lugar te dan la bienvenida a la costa de los esqueletos, no os confundáis, el parque nacional con nombre macabro comienza más al norte.
Los numerosos restos de barcos naufragados que pueden hallarse a lo largo de la costa a consecuencia de la niebla, los vientos y el fuerte oleaje, han dado a ésta su siniestro nombre. Con un tamaño de 16.845 km2 es uno de los parajes vírgenes más grandes del mundo. Abarca desde el río Ugab al río Kunene (un tercio de la costa de Namibia).
Para los que quieran introducirse en el parque saber que se divide en dos partes: La parte sur abierta a los vehículos 4×4, que se les permite llegar hasta la Puerta del río Ugab, donde hay un cartel con dos calaveras que advierten que no se debe ir más lejos. Y la parte norte donde sólo es accesible para safaris.
Para proteger el parque el Ministerio de Medio Ambiente y Turismo tiene regulaciones estrictas en cuanto a los permisos de entrada. Si se está de paso, se puede comprar un permiso de tránsito en cualquiera de las puertas: la puerta del río Ugab en el C34, o la puerta Springbokwasser en la D3245. Para poder entrar y atravesar el tramo entre Ugabmund y Springbokwater se debe llegar a la puerta de entrada antes de la 13:00 y salir por la otra antes de la 15.00. Los permisos de tránsito no son válidos si se quiere alojar en Torra Bay o Terrace Bay, para ello habría que tener un permiso emitido por el Ministerio de Medio Ambiente y Turismo.
El parque cuenta con servicios limitados. Podemos encontrar alojamiento, gasolina y agua en Terrace Bay. En Torra Bay hay un camping con instalaciones y servicios básicos.
Dicho esto continuamos nuestro camino hasta Cape Cross. Es un cabo marino localizado en la parte central de la costa de Namibia dentro del Parque Nacional Dorob, la entrada cuesta 80 NAD/per más 10 NAD/coche. Se encuentra a 120km al norte de Swakopmund y a 80km del río Ugab. Es un área protegida propiedad del gobierno de Namibia, siendo el hogar de una de las mayores colonias de lobos marinos del mundo. El fuerte olor que aquí se respira es casi insoportable, pero desde que descubrimos las 12+1 razones por las que llevar Vicks Vaporub en la mochila siempre lo llevamos con nosotras, así que aplicamos un poco de este ungüento bajo nuestras narices para disfrazar el olor y nos enfrentamos a aquella espectacular colonia, jajaja, colonia de lobos marinos quería decir, llena de crías, ya que noviembre y diciembre son los meses de reproducción.
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A pesar de ser reserva natural, Cape Cross es uno de los dos principales sitios en Namibia en el que los leones marinos son sacrificados, en parte para la venta de sus pieles y en parte para proteger a las poblaciones de peces.
Este cabo fue descubierto por el navegante portugués Diogo Cao que erigió una gran cruz (Por eso recibe el nombre de Cabo Cruz) en 1486 para marcar el punto más meridional jamás alcanzado por los europeos en África. Cerca de la pasarela se encuentran dos cruces y unas piedras donde se le recuerda. En 1884, se informó del primer avistamiento de lobos marinos en el cabo. Sin embargo, la zona comenzó a ser conocida cuando comenzó a explotarse comercialmente el guano, que se utiliza como fertilizante.
Unos kilómetros antes de llegar a Cape Cross vemos desde la carretera unos bidones que hacen de mesas donde se exponen como una especie de piedras, pero no es hasta la vuelta cuando nos paramos para comprobar lo que son realmente, rocas de sal de color rosado con formas chulísimas estaban expuestas para su venta, pero allí no había ningún vendedor, había que dejar el dinero en unos botes a cambio del original recuerdo.
Ponemos rumbo a Spitzkoppe con intención de hacer noche allí para poder disfrutar de las estrellas y continuar al día siguiente hacia Damaraland. Para evitar la carretera D1918 sin asfaltar, volvemos a Swakopmund y tomamos la B2. Llegadas al desvío de Spitzkoppe decidimos cambiar de itinerario, ya que a partir de este punto solo nos esperan carreteras sin asfaltar hasta Opuwo. Hasta el camping de Spitzkoppe hay 35 km, no es demasiado, pero sí los 270 km que tendríamos que conducir al día siguiente hasta Damaraland, y los 310 km de allí a Opuwo.
Así que al no coger el desvío a Spitzkoppe continuamos por la B2 durante 60km hasta enlazar con la C33 por la que conducimos 200 km hasta Otjiwarongo donde pasamos la noche en el camping Acacia Park Rest Camp (80 NAD/per).
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