Para hacer la vuelta más amena de nuestro roadtrip por Suiza y Dolomitas optamos por pasar un par de días en Corrèze. Este departamento francés está situado en la parte central del país y pertenece a la región de Nueva Aquitania. A diferencia de otros departamentos que hemos conocido de Francia como el de Aveyron, Bretaña, Lot o Dordoña-Perigord, Corrèze no es tan conocido, quizá por no tener tantos atractivos, sin embargo, 5 de los pueblos más bonitos de Francia se encuentran en él.

Collognes la Rouge

El pueblo medieval de Collognes la Rouge, antiguo feudo de los condes de Turena, está ubicado en medio de un frondoso campo de castaños y nogales. Este pueblo tan pintoresco está considerado como uno de los pueblos más bonitos de Francia, y no es de extrañar, ya que sus casas de los siglos XV y XVI con sus fachadas de color rojizo, tejados de pizarra y todas ellas cubiertas de torres, hacen de Collognes la Rouge un lugar especial.

Sin duda, la mejor manera de disfrutar de Collognes la Rouge es recorriendo sus calles, desde las cuales siempre se divisa alguna de sus 25 torres, para descubrir sus múltiples tesoros, como la capilla de los Penitentes, de comienzos del siglo XV, la pintoresca Casa de la Sirena, que alberga un pequeño museo de artes y tradiciones populares, el antiguo mercado de granos y vino del siglo XVI, la puerta Plana, la iglesia fortificada, la iglesia de San Pedro, con su espléndido tímpano del siglo XII y su campanario románico, el pequeño castillo de Vassinhac, la casa Ramade de Friac flanqueada por dos atalayas, el castillo de Benge, o el castillo de Maussac; como ves, un museo al aire libre.

Curemonte

Curemonte descansa sobre un espolón rocoso. Este pueblo medieval también presume del galardón de los pueblos más bonitos de Francia gracias a sus casas de piedra que datan del siglo XVI y XVII, sus tres iglesias, sus tres majestuosos castillos, sus tres cruces y sus tres fuentes; por lo que también es conocido como «pueblo de los tres».

Es de visita obligada el castillo de San Hilario del siglo XIV, con sus torres cuadradas, el castillo de Johannie, también del siglo XIV y el castillo de Plas del siglo XVI, con sus torres redondas. A un lado de la plaza principal se encuentra el mercado de grano de principios del siglo XIX, y al otro, la iglesia románica de San Bartolomé en la que destaca el retablo de madera de 1672.

Turenne

Este antiguo vizcondado también se encuentra en la lista de los pueblos más bonitos de Francia. Paseando por sus empinadísimas calles puedes descubrir numerosas huellas medievales como la casa del Senescal, la puerta de Mauriolles, la casa de los Canónigos o el majestuoso castillo del siglo XIII. De este monumento histórico, feudo de los señores de Turena, sólo se mantienen en pie sus dos torres: la Torre del Tesoro del siglo XIV que alberga la sala de los Guardias; y la torre de César, atalaya del siglo XIII, ambas separadas por un magnífico jardín.

Debajo del castillo se encuentra la capilla del convento de los Capuchinos, reconvertida en sala de exposiciones, y la colegiata de Nuestra Señora de San Pantaleón, del siglo XVII, con un magnífico retablo de madera dorada de 1678 y vidrieras de colores del siglo XIX.

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Saint Robert

Saint Robert también se encuentra en la lista de los pueblos más bonitos de Francia, aunque para nuestro gusto es el de menos interés de los 5. Entre sus puertas fortificadas y sus antiguas casas señoriales destaca su iglesia del siglo XII, vestigio de un priorato benedictino, cuyo coro y transepto son característicos del románico. En el interior hay capiteles tallados y un Cristo de madera, ambos del siglo XIII.

Este pueblecito de carácter medieval fue elegido para rodar una serie de televisión, «Des grives aux loups», basada en una novela de Claude Michelet.

Ségur-le-Château

Emplazado en un meandro del río Auvézère, este lugar fue la cuna de los primeros vizcondes de Limoges. Su rico pasado está marcado por la corte de justicia, que tuvo aquí su sede entre el siglo XV y el XVIII. Numerosas familias de magistrados, caballeros y maestros artesanos hicieron de Ségur-le-Château un lugar próspero dejando un gran patrimonio; casas de los siglos XV, XVI y XVII con entramados de madera, un castillo fortificado erigido en un espolón rocoso que conserva vestigios del siglo XII, la casa Enrique IV, con ventanas con parteluz, la casa Boyer o la torre de San Lorenzo, que han hecho que este pueblo medieval figure en la lista de pueblos más bonitos de Francia.

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