En los últimos años hemos dedicado 10 días a visitar distintos departamentos de Francia como Alsacia, Aveyron, Perigord… pero aún nos quedaba por conocer uno de los rinconcitos más espectaculares de este gran país, el valle del Loira. Éste, es conocido principalmente por sus castillos, y no es de extrañar ya que no hay lugar en el mundo donde se concentren tantos castillos en tan poco espacio. Los maravillosos castillos del Loira hicieron valedor a este valle como Patrimonio de la Humanidad por UNESCO desde el año 2000.
Pero ¿A qué es debido que haya tantos castillos en el valle del Loira? La guerra de los Cien Años había obligado a la corte a abandonar París, y tras ella se fue la nobleza. Los señores feudales comenzaron a poblar la región con soberbios castillos y palacios; y las mujeres, hasta entonces recluidas en sus alcobas o dedicadas al servicio de la reina, se convirtieron en damas de la nueva sociedad. Intrigas, traiciones, amoríos, asesinatos… marcan la historia de Francia que, durante dos siglos, sucedieron en este valle a orillas del Loira, conocido como el «jardín de Francia».
Durante nuestra ruta de 10 días en furgo por el valle del Loira, entre castillo y castillo visitamos; que si una abadía por aquí, pueblitos con encanto por allá, nos dimos algún que otro paseo en barca en los que nos sentimos como damas de la realeza, hemos saciábamos nuestra sed en alguna bodega y, como no, algún que otro homenaje gastronómico no ha faltado.
Como hemos comentado antes, hay infinidad de castillos a lo largo del valle del Loira, por lo que visitar todos, además de ser una locura, sería un buen golpe para nuestro bolsillo.
Hemos visto castillos enormes, pequeños, con mucha historia, en ruinas, preciosísimos y, por supuesto, castillos que no nos han gustado tanto. A continuación daremos una pequeña pincelada de los lugares que visitamos y, bajo nuestra humilde opinión, cuáles son los que merecen la pena y los que no, aunque para gustos… ¡los castillos! Comenzamos!!!
1.- Castillo y jardines de Rivau
Nuestro primer contacto con el valle de Loira fue en el castillo de Rivau. Se construyó como fortaleza en el siglo XV y se adaptó para su uso doméstico durante el Renacimiento. Es ideal para visitar con niños, ya que en la actualidad es un castillo-museo lleno de cosas curiosas que, junto a sus jardines, evocan un mundo maravilloso y fantástico.
Los 12 jardines que posee el Castillo de Rivau han sido dotados con la denominación de «Jardín Remarquable», como uno de los más bellos y singulares jardines de Francia. Cada uno de los jardines está inspirado en una leyenda de la Edad Media, como el jardín del Bosque Encantado, el Camino de Pulgarcito, Alicia en el país de Rivau, la Avenida Perfumada, la Huerta del Paraíso o el Jardín de la Princesa Rapuncel. En ellos se puede encontrar gran variedad de plantas exóticas y una colección de 300 tipos diferentes de rosas, un deleite para los amantes de la botánica.
En 1429 Juana de Arco, acude a Rivau para hacerse con los mejores caballos del rey de Francia, ya que Rivau era un lugar conocido por sus magníficos equinos. En 1510 se construyeron los establos monumentales. Aún hoy podemos visitar estas impresionantes cuadras únicas en Francia y famosas desde el final del Renacimiento.
No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 11€
2.- Fortaleza Real de Chinon
La fortaleza real de Chinon fue construida estratégicamente sobre un espolón rocoso para dominar la ciudad y controlar el tránsito del río Vienne, afluente del Loira. Desde aquí se obtienen unas vistas privilegiadas de la antigua ciudad medieval, que todavía conserva su carácter gracias al casco antiguo y a la fortaleza, lo que le ha dado el título de Patrimonio de la Humanidad.
En 1429, Juana de Arco tuvo audiencia en sus dependencias con al rey Carlos VII para convencerle de que le dejara sus tropas para liberar Orleans. Recorrer las callejuelas de Chinon es realizar un viaje al pasado a través de sus bonitas casas con entramado de madera, sus antiguas mansiones y edificios religiosos, como la capilla de Santa Radegunda, de estilo románico, semi-troglodita, con pinturas murales de finales del siglo XII. Otro punto fuerte de Chinon son sus viñedos, por lo que no hay que marcharse de este lugar sin probar su vino en una de sus bodegas.
Imprescindible
No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 10,5€
3.- Castillo de Montsoreau
El castillo de Montsoreau es de estilo gótico flamígero francés con elementos renacentistas posteriores. Fue construido en 1455 y clasificado como monumento histórico en 1862. En sus primeros años se utilizó como una fortaleza estratégica, ya que desde allí se podía controlar el tráfico entre las ciudades de Chinon y Saumur, y la confluencia de los ríos Loira y Vienne. En abril de 2016, se convirtió en un museo de arte contemporáneo.
No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 10,5€
4.- Candes Saint Martin
Candes Saint Martin está catalogado como uno de los pueblos más bonitos de Francia. En él se encuentra la imponente colegiata fortificada de Saint Martin, construida entre los siglos XII y XIII. En el interior, unas vidrieras cuentan el secuestro del cuerpo de San Martín, obispo de Tours, por los habitantes de Turena, que falleció aquí en noviembre del 387. Cuenta la leyenda que durante el secuestro sucedió un milagro: De camino al puerto para repatriar los restos mortales del santo hasta Tours, todos los árboles volvieron a florecer repentinamente al paso del cortejo en pleno otoño. Por eso a esta fecha se la conoce como el veranillo de San Martín.
En la cima de la colina del pueblo hay un mirador desde el que se puede observar la confluencia de los ríos Loira y Vienne, pero las vistas más bonitas al pueblo y la colegiata se obtienen desde Château de Môh.
Precio de la entrada: 4€
5.- Abadía de Fontevraud
Esta abadía, considerada como una de las más grandes de Europa, fue fundada en 1101 por Robert d’Arbrissel, estableciendo la nueva orden de Fontevrault. Estaba claro que a este predicador, poco, o más bien nada, tenía en cuenta las costumbres de la época, ya que creó un monasterio compuesto por hombres y mujeres, y por si esto fuera poco lo dirigía su abadesa, una mujer. Todo este atrevimiento causó una gran polémica.
La abadía recibió el favor de los condes de Anjou y del rey Enrique II y su esposa Leonor de Aquitania, lo que la convirtió más tarde en necrópolis real. En 1804 se transformó en una de las cárceles más estrictas de Francia, por decreto de Napoleón Bonaparte y esta función se conservó hasta 1963. En el año 2000 comenzó a formar parte del Patrimonio de la Humanidad y actualmente alberga un centro de arte contemporáneo, un hotel y un restaurante con estrella Michelín.
Precio de la entrada: 11€
6.- Castillo de Montreuil-Bellay
El castillo de Montreuil-Bellay fue construido en lo alto de una colina a orillas del río Thouet, afluente del Loira. Su posición en el cruce entre Anjou, Touraine y Poitou convirtió a este lugar en un centro administrativo y comercial en la Edad Media. Su castillo ha conservado todos sus elementos defensivos, manteniendo así un precioso patrimonio de la Edad Media, y por ello ha sido catalogado como Monumento Histórico. Actualmente es de propiedad privada. En su interior conserva numerosos y preciosos muebles que han pasado de generación en generación.
La visita al castillo se puede combinar también con la degustación de los vinos de calidad que aquí se elaboran. Nosotras no pudimos visitarlo ya que cuando llegamos estaba cerrado.
Si se puede ver sin entrar al recinto, incluso se puede visitar la capilla
Precio de la entrada: 10€
7.- Castillo de Serrant
Este castillo de estilo renacentista destaca por estar rodeado de un foso, defensa que heredó de una fortaleza medieval anterior. Se comenzó a construir en 1546 pero se tardó 350 años en acabar, de ahí que, tanto en el exterior como en el interior, se puedan observar muebles y elementos de decoración de distintos estilos. También destaca su biblioteca, que cuenta con más de 12.000 obras. Los apartamentos exhiben una amplia gama de tapices y obras de arte y en las cocinas una colección de 200 sartenes de cobre que insinúan el esplendor de las comidas que sirvieron. También se puede visitar la habitación en la que el emperador Napoleón pasó un par de horas. Los jardines de alrededor son ideales para hacer un picnic.
No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 10€
8.- Castillo y catedral de Angers
El castillo de Angers fue mandado construir por Luis XI en lo alto de un promontorio sobre el río Maine en el siglo XIII para disuadir a bretones e ingleses. Esta fortificación fue la más poderosa en su época, con sus murallas de 40 metros de altura con sus 17 torres de 13 metros de diámetro, rodeadas de un gran foso.
Su interior conserva un gran tesoro, el tapiz medieval más antiguo y largo del mundo, llamado el Tapiz del Apocalipsis. Consta de una serie de tapices con 104 metros de largo que cuenta en 65 escenas bíblicas del Apocalipsis. Fue encargado en el siglo XIV por el duque Luis I de Anjou y ¡se tardó casi 7 años en finalizar!. En el sigo XIX fue restaurado y declarado Monumento Histórico.
Imprescindible
No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 9,50€
La catedral de San Mauricio en Angers es una iglesia catedral medieval, actualmente clasificada como monumento histórico. La obra se inició en el siglo XI y duró hasta el siglo XVI. La catedral es un testimonio del arte gótico angevino y de ella destacan las vidrieras, en especial la ventana del transepto de San Julián, considerada como una obra maestra de las vidrieras francesas del siglo XIII.
9.- Castillo de Brissac – el gigante del valle del Loira
Este impresionante castillo de origen medieval es el más alto de Francia, lo que le ha dado el nombre de «El gigante del valle del Loira».
Fue reconstruido en varias ocasiones, por eso hoy su fachada luce diferentes estilos. Actualmente lo cuida con esmero el 13º duque de Brissac. En su interior destaca el mobiliario de época, los recuerdos de familia, los tapices flamencos y el teatro Belle Époque. Merece la pena dar un paseo por el parque de 70 hectáreas, atravesado por un río, y contemplar sus árboles centenarios.
No dejes de entrar en la bodega abovedada y adoquinada del castillo para catar su delicioso néctar: el excelente vino rosado Rosé d’Anjou.
Imprescindible
Si se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 12€
10.- Castillo Saumur
El castillo de Saumur es una antigua fortaleza convertida en el palacio de los duques de Anjou (s.XIV y XV). Luego se convirtió en residencia de los gobernadores de la cárcel de la ciudad y depósito de armas y municiones. Desde principios del siglo XX pasó a ser propiedad de la ciudad de Saumur. El ayuntamiento comenzó su renovación y, tras finalizar el ala septentrional, instaló en su interior el museo municipal y el museo del caballo.
Imprescindible
Si se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 8,5€
11.- Castillo Ussé – el castillo de la bella durmiente
El castillo de Ussé fue construido en el siglo XV. Las diferentes estancias del castillo están decoradas con tapices, «boiseries» esculpidas, pinturas y muebles del siglo XVIII. No hay que olvidar mirar hacia arriba en la entrada del castillo para contemplar el suntuoso techo en trampantojo del siglo XVII. Destaca la gran escalera que conduce a la habitación del rey, que también albergó a Luis XIV. En los jardines de estilo francés llaman la atención los naranjos centenarios y los cedros del Líbano. Se dice que el Castillo de Ussé inspiró a Charles Perrault para su cuento «La bella durmiente».
Imprescindible
Si se puede ver sin entrar al recinto, de hecho, las mejores vistas se obtienen desde el puente
Precio de la entrada: 14€
12.- Castillo Azay-le-Rideau – El castillo que flota
El castillo de Azay-le-Rideau es uno de los más sobresalientes ejemplos de la arquitectura renacentista francesa. Fue construido entre 1518 y 1523 sobre las aguas del río Indre. Su ubicación y el parque de estilo inglés que le rodea hacen de Azay-le-Rideau una estampa extraordinaria. En su interior destaca la escalera central. Actualmente este castillo alberga un Museo del Renacimiento.
Imprescindible
No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 11,5€
13.- Castillo d’I slette
El castillo de l’Islette se encuentra en un meandro del río Indre, y data del siglo XVI. Su diseño arquitectónico es muy similar al de su vecino, el castillo de Azay-le-Rideau debido a que los arquitectos fueron los mismos. También está rodeado por un parque natural de estilo inglés de 14 hectáreas. Sus orillas están salpicadas de tumbonas para tomarse un momento de relax.
La famosa pareja de escultores Auguste Rodin y Camille Claudel no solo escogieron establecer allí su taller artístico en el que crearon obras como el famoso «Balzac» de Rodin y «La joven castellana» de Claudel, sino que este también fue el lugar donde vivieron su apasionada historia de amor.
No se puede ver sin entrar al recinto

14.- Castillo Langeais
Langeais posee dos fortalezas excepcionales: la torre de Foulques Nerra y el castillo de Luis XI. La primera de ellas tiene la particularidad de ser la torre del homenaje más antigua de Francia y la segunda, la de poseer una doble faceta: feudal hacia la ciudad y de inspiración renacentista hacia el patio.
El castillo guarda auténticos tesoros señoriales: sus quince aposentos están decorados con suntuosos cofres, tapices, aparadores, cátedras y embaldosados.
Es una de las pocas fortalezas que aún conservan su acceso original a través de un puente levadizo, que se sube y se baja al abrir y cerrar el castillo. Además, el castillo es famoso por haber acogido un acontecimiento histórico para Francia, la boda entre Carlos VIII y Ana de Bretaña.
No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 11€
15.- Castillo de Villandry – Los jardines más bonitos del Loira
Villandry es el último de los grandes castillos del valle del Loira que fueron edificados durante la época del Renacimiento. Pero si por algo destaca Villandry es por sus jardines, por muy advertidos que estemos, es imposible no maravillarse ante su esplendor.
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No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 12€ Jardines: 7,5€
16.- Tours
Tours fue una ciudad importante desde la época de los galos y capital del reino de Francia durante los siglos XV y XVI. Fue ciudad de peregrinación en la Edad Media, y hoy es parte de una de las etapas en el camino hacia Santiago de Compostela. Además, a Tours llegan muchos peregrinos interesados por la figura de San Martín de Tours y en ver su sepulcro.
La ciudad ha conservado numerosos restos de su pasado. El casco antiguo es un barrio muy animado, y junto con la famosa plaza Plumereau, es el corazón de Tours. Rodeada de casas con entramado madera y mansiones, esta plaza peatonal está llena de restaurantes y cafés. La catedral de San Gaciano, de estilo gótico, es el principal monumento de la ciudad, cuya fachada está ricamente decorada. El barrio del antiguo Tours alberga también el castillo real, que, entre otras cosas, acogió a Juana de Arco después de su victoria en Orleans.
17.- Castillo Amboise – uno de los castillos más antiguos del Loira
Estamos ante uno de los castillos más antiguos del valle del Loira, ya que proviene de la época celta. Fue arrasado durante la revolución francesa y fue la residencia favorita de los reyes de Francia y la guardería de los infantes. Por sus estancias del Primer Renacimiento, este castillo vio pasar a un sinfín de ilustres invitados que dejarían en él su huella para siempre. En la capilla de San Humberto se halla la tumba de Leonardo da Vinci.
Si tienes la oportunidad de ver su espectáculo nocturno no te lo pienses, ¡es impresionante!.
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No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 15€
18.- Castillo Chenonceau – El castillo de las damas
Una magnífica avenida de plataneros gigantes te dan la bienvenida al castillo Chenonceau, que se levanta sobre el río Cher. Esta obra maestra renacentista, con sus colecciones de arte de valor incalculable, sus estancias perfectamente conservadas, sus floridos jardines y la naturaleza que le rodea hace que Chenonceau sea uno de los castillos más bonitos del valle de Loira.
Entre 1513 y 1875, perteneció a seis mujeres, por eso se le conoce como el Castillo de las Damas. Fue edificado por Katherine Briçonnet, embellecido por Diana de Poitiers y Catalina de Médicis, y salvado de los rigores de la Revolución por Madame Dupin. Esta huella femenina omnipresente en el castillo lo ha preservado de los conflictos y las guerras.
Alquilar una barca para surcar las aguas del Cher te hará ver este castillo de cuento de hadas desde otra perspectiva.
Imprescindible
No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 15,50€
19.- Montpoupon
El castillo de Montpoupon no es de los más famosos ni de los más visitados, eso es lo que hace que su visita y sus inmediaciones sean de lo más tranquilo. Nosotras no entramos a su interior, pero si estuvimos disfrutando de la tranquilidad que le rodeaba haciendo un picnic en un jardín frente a él.
¿Qué nos perdimos por no visitar esta fortaleza de la Edad Media? Actualmente es propiedad privada y la pasión de sus dueños por los caballos no tiene límite. El museo cuenta con 25 salas dedicadas al arte, la caza y los caballos, y poseen una gran colección de coches de caballos. Destaca también la cocina, que alberga más de 150 objetos de cobre.
Si se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 10,5€
20.- Loches – ciudad real
Se puede decir que Loches es un conjunto arquitectónico. Las casas antiguas con fachadas de toba o las puertas fortificadas, como la Puerta de los Cordeleros o la Puerta Real, te transportarán a tiempos pasados en los que la espada impartía justicia. Además de la colegiata de San Orso, de estilo románico, con dos cúpulas piramidales de ocho caras, la torre de San Antonio, un antiguo campanario de 52 metros, la Cancillería y la casa del Centauro, ambas con fachadas renacentistas, Loches también es famoso por su castillo. Construido por Foulques Nerra en el siglo XI. En sus dependencias, Juana de Arco se reunió con Carlos VII y le convenció para que se coronase rey en Reims. El torreón de Loches es hoy en día uno de los conjuntos mejor conservados de la época románica, desde el hay una vista panorámica fantástica de la ciudad.
Imprescindible
No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 10,5€
21.- Castillo Chaumont sur Loire – uno de los castillos mejor conservados
El castillo de Chaumont-sur-Loire fue edificado en los siglos XV y XVI. Además de sus hermosos tapices, merece la pena contemplar las habitaciones de Catalina de Médicis y Diana de Poitiers, la sala del Consejo y la biblioteca, además de dedicar unos minutos a las maravillosas vistas que se obtienen del valle del Loira desde la terraza del castillo.
Cada año, en la finca del castillo de Chaumont-sur-Loire, entre los meses de junio y octubre da lugar el Festival internacional de los Jardines. Este acontecimiento, repleto de colorido y de creatividad, reúne a paisajistas procedentes de todo el mundo. Se podría decir que es una especie de museo de arte contemporáneo paisajístico a cielo abierto.
Imprescindible
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Precio de la entrada: 19€
22.- Castillo Cheverny – el castillo de Tintín
Este elegante palacio del siglo XVII conserva intacto su mobiliario y la decoración, ya que este señorío siempre ha estado habitado por la misma familia desde hace más de seis siglos. Techos artesonados pintados con escenas legendarias, aposentos ricamente decorados y amueblados con piezas excepcionales, doraduras, pinturas maestras, tapicerías de Flandes y de Gobelins, cómodas de Luis XIV y Luis XV y objetos de época sumergen al visitante en la esplendorosa Francia de antaño. La Cámara del Rey resplandece y la Sala de Armas cautiva con su colección de armaduras.
Una de las grandes curiosidades de Cheverny es que posee una perrera, en la que se cría a un centenar de perros de caza, cruce de las razas poitevino francés y foxhound inglés. Otra de las razones de su fama es porque inspiró a Hergé para escribir las aventuras de Tintín, de ahí su exposición permanente sobre este famoso cómic, diseñada como un espectáculo interactivo.
Imprescindible
No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 13,5€
23.- Blois y su castillo
La ciudad histórica de Blois es una de las principales ciudades del valle del Loira. Hay que perderse por su centro histórico para admirar las casas con entramado de madera y las calles medievales que aún conservan su encanto.
La catedral de Saint-Louis fue erigida en el siglo XV sobre los cimientos de la colegiata de Santa Solemne, de la que aún quedan algunos restos en la cripta y en la base de la campana.
Enfrente del castillo se encuentra la Casa de la Magia, que además de la presentación de una colección permanente de magia, cuenta con un espectáculo en vivo que se renueva cada año.
Residencia de siete reyes y diez reinas de Francia, este castillo fue la sede del poder monárquico. Todos sus edificios permiten admirar los diferentes estilos arquitectónicos de cada época, pues gran parte de los reyes que pasaron por él pusieron su gratito de arena, bien remodelándolo o aportando nuevos edificios al castillo. Al edificio medieval se le añadieron el ala Luis XII, que combina el estilo gótico flamígero con elementos renacentistas; el ala Francisco I, de estilo renacentista; y el ala Gaston d’Orléans, de estilo clásico. En el siglo XIX fue declarado Monumento Histórico.
Imprescindible
No se puede ver sin entrar al recinto
Precio de la entrada: 12,50€. Con audio guía y espectáculo de luz 21€.
24.- Castillo Chambord – El castillo más grande del valle del Loira
Patrimonio de la Humanidad y para nuestro gusto la joya del valle del Loira. El castillo de Chambord es uno de los castillos más reconocibles en el mundo por su ostentosidad, debido a su arquitectura renacentista francesa, que mezcla formas tradicionales medievales con estructuras clásicas italianas.
Construido para servir solo como un pabellón de caza (tiene 426 habitaciones, 83 escaleras y 282 chimeneas), representa el poderío del rey Francisco I y, sobre todo, su pasión por el Renacimiento italiano, que se manifiesta, entre otras cosas, en el insólito y curioso diseño de la famosa escalera de doble hélice, inspirada en Leonardo da Vinci.
¿Sabías que el recinto forestal del Castillo de Chambord es tan grande como el París intramuros? ¡5.440 hectáreas rodeadas por 32 kilómetros de muros! Su fauna y flora es excepcional y ofrece una gran variedad de actividades para descubrirlas; Bicicleta, caballos, 4×4, barcas, carritos de golf…
Imprescindible
Si se puede ver sin entrar al recinto, sólo se paga entrada para ver el interior
Precio de la entrada: 16€ + audioguía 6,5€
Para dirigirnos otros 10 días a Normandía…
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