Nos levantamos temprano, necesitábamos tiempo para organizarnos con la logística de la autocaravana, mientras una recogía, otra preparaba el desayuno, otra se duchaba y otra organizaba el día. La verdad es que se nos dio bien, sería por las ganas que teníamos de llegar a Landmannalaugar.
Llevábamos contratado desde España con la empresa Reykjavik Excursions el autobús desde Hella hasta Landmannalaugar (85€ ida/vuelta) (sólo se puede hacer en 4×4). Aunque se supone que no habría ningún problema en esta temporada para comprar el ticket allí mismo, no queríamos arriesgarnos por nada del mundo a perdernos los paisajes que nos podían ofrecer las tierras altas de Islandia ya que era el último día de la temporada que esta compañía hacía esta excursión. Había otras compañías pero ésta es la única que nos permitía disfrutar más horas de este paraje único.
Cogemos el autobus a las 8:30h. en la gasolinera y llegamos a Landmannalaugar a las 11:00h.
En el mismo lugar desde donde sale el autobús (de la gasolinera de Hella) se puede contratar la excursión media hora antes de la salida, comprando los tickets en este coche.
Autobús que nos transportará a Landmannalaugur (dispone de wifi).
Hay tres caminos principales que conducen a Landmannalaugar desde Reykjavík. El más fácil porque no hay que cruzar ríos es por la F208 desde el norte, el segundo es a través de la carretera F225 desde el oeste, desde esta pista se ve el volcán Hekla (Esta es el que hicimos nosotras) y el tercero es a través de la F208 desde el sur. Para estas dos últimas rutas hay que informarse sobre el clima por el tema de los ríos.
Desde Hella se hacen unos kilómetros por carretera para continuar por una pista que se abre paso entre campos de lava, este paisaje ya hizo que me levantara del asiento para cambiarme delante, esto prometía. Y efectivamente no me equivoqué, tenía que inmortalizar todo aquello que ni siquiera mis ojos abarcaban a ver, a riesgo de que las fotos me saliesen movidas sólo hacía que disparar. Más adelante se divisa un volcán, comienzan a verse montañas con sus picos nevados y el verde comienza a contrastar con el negro, no sabes dónde mirar, así es Islandia.
El espectáculo se hace mayor al llegar a Landmannalaugar, montañas de colores, fumarolas, lava… un lugar inolvidable.
Se puede acampar al lado del refugio donde también hay un punto de información donde te ayudan en caso de tener dudas con las rutas. Nosotras disponíamos de cuatro horas y media y decidimos hacer la ruta blanca hasta llegar a las fumarolas (está perfectamente señalizada con estacas) para volver por la ruta roja hasta el refugio.
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La ruta es de unos 8 km, unas 2 horas, pero a nosotras nos llevó 3 horas parando tranquilamente a hacer fotos.
Es una pena no poder disponer de 3 ó 4 días para disfrutar durante más tiempo de este paraje único.
La recompensa a nuestro trekking: un bañito en la terma (gratis) que está a unos 150 metros del refugio siguiendo una pasarela de madera.
De regreso a Hella el bus nos hace un par de paradas, la primera en esta laguna, donde es impresionante ver el reflejo de las nubes en el agua.
La segunda parada es para observar el volcán Hekla, el más activo de Islandia.
Una vez en Hella retomamos el camino durante 35 km. hasta llegar a Seljalandsfoss. Esta cascada de 60 metros de altura se ve desde la carretera principal, su particularidad es que se puede pasar por detrás de ella. Está ubicada cerca del famoso volcán Eyjafjallajokull que colapsó en 2010 los aeropuertos de medio mundo.
Una vez dada la vuelta a la cascada seguimos hasta Skógafoss, otra majestuosa caída de agua de 62 metros de altura y 25 metros de anchura nos esperaba. Sobre esta cascada se cuenta una leyenda vikinga, la cual dice que detrás de la cortina de agua hay un tesoro escondido y que a veces se puede ver cómo brilla.
Aparcamos la autocaravana a poco metros de la cascada, este rollito autocaravana molaba. No perdíamos tiempo buscando alojamiento, nos permitía despertar en lugares espectaculares, comer cuando teníamos hambre y dormir cuando teníamos sueño, esperar y perseguir a la aurora bajo techo… nos sentíamos como un caracol con la casa a cuestas.
Cuando acabamos de deleitarnos de esta elegante cascada ya se había hecho de noche. Había sido un día perfecto.
Comenzamos a hacer la cena cuando Virginia dice: tengo un presentimiento. Abrimos rápidamente la puerta y… ¡no podía ser verdad!, segundo día consecutivo que veíamos las luces del norte!, esta vez, si cabe, más impresionante. Allí estaba, encima de la cascada. Volvimos a gritar y a disfrutar de ella como si fuera la primera vez. Ahora si que podíamos decir que había sido un día perfecto. ¿Qué nos esperará al día siguiente en el glaciar de Solheimajökull?
6 marzo, 2016 a las 11:37
Qué barbaridad, estoy realmente alucinado! Que en un sólo día, se puedan vivir todas esas experiencias, caminar por esas montañas preciosas y acampar a los pies de esa cascada y ser visitadas por las luces mágicas… Yo creo que con independencia de todo lo que habéis vivido y viváis, ése será uno de los días más enriquecedores que vayáis a tener… P.D.: El baño, que se me olvidaba el bañooo! Es que es demasiado perfecto, es para teneros rabia, pero sólo siento admiración, aprecio y complicidad…Besos!
6 marzo, 2016 a las 11:38
Es un país que recomendamos sin ninguna duda Paco, no te deja indiferente la fuerza y el poder de la naturaleza. Mil gracias por leernos, nos encantan tus comentarios. Un saludo y estate atento del resto de las etapas que seguro te gustarán.
15 marzo, 2016 a las 17:36
Un bañito de esos quisiera yo contemplando esos parajes!! Os lo sabéis montar de lujo. Haber donde es el siguiente destino q tenéis en mente. Besitos
15 marzo, 2016 a las 17:42
Pues vente con nostras Carol, ya estamos maquinando el próximo.