Al llegar de noche no habíamos visto lo que nos rodeaba, pero estábamos en Islandia y seguro que el paisaje sería espectacular. Efectivamente, glaciar al frente, a sus pies montañas de lava y a los nuestros praderas de un verde intenso.
También pudimos ver que al ladito de la autocaravana había donde coger luz y poder cargar nuestras cámaras y demás aparatos, menuda rabia no haberlo aprovechado antes!.
No pudimos resistirnos a desayunar fuera disfrutando del paisaje. Antes de ponernos en marcha nos acercamos a la recepción para preguntar que dónde había que pagar por haber pasado la noche en el camping y allí nadie sabía nada así que con las mismas pusimos rumbo a la cascada.
Al fondo del camping sale un camino ligeramente ascendente entre abedules y arbustos (primeros árboles que veíamos en Islandia) hacia la cascada. Nos pusimos a caminar y enseguida nos empezó a molestar la ropa, estábamos teniendo mucha mucha suerte, de nuevo lucía el sol. Antes de llegar a Svartifoss te topas con Hundafoss hacia la mitad del camino, una cascada que si no hubieras estado en Islandia te hubiera parecido impresionante pero una vez aquí, el listón está muy alto y apenas la hicimos caso. Continuamos andando y un ratito después, allá a lo lejos, comenzabamos a divisar Svartifoss. Las columnas de basalto le dan su propia personalidad haciéndola distinta a las demás.
A nosotras el recorrido nos llevó entre ida y vuelta 1:30 h.
Abandonamos la cascada, a las 13h. teníamos que estar en Jökulsárlón y debíamos conducir 58 km.
Habíamos contratado una zodiac para navegar entre los icebergs y la previsión del viento era que soplaría con bastante fuerza… paparruchas!!, algo difícil de creer cuando en la cascada estábamos en manga corta.
Siguiendo por la Ring Road, como ya veníamos haciendo durante cuatro días. No sabes dónde mirar y pestañear nos parecía un delito.
Lenguas de glaciares a nuestro paso
Pues sí, las previsiones eran ciertas, el viento soplaba con mucha fuerza. (En Islandia en cinco minutos puede hacer sol, llover y nevar). El camino se hizo difícil, pero aún así no pudimos evitar bajarnos de la autocaravana para hacer fotos. Nos costaba mantener el equilibrio, pero había que inmortalizar ese momento.
Echamos de menos que las carreteras no tuvieran arcén para poder parar más a gusto a hacer fotos, no se puede evitar parar en cualquier sitio.
Siempre que veas un vehículo parado en la carretera ¡no sufras!, no es una avería, hay el 99% de posibilidades de que estén haciendo fotos. Suerte que no hay circulación, 30 minutos era la media que tardábamos en cruzarnos con otro vehículo.
El viento seguía soplando con fuerza, ya teníamos que estar cerca, cuando de repente, dos de nosotras gritamos asustando a las otras dos, ¡ahí estaban! Sólo lo habíamos visto por un segundo, desde la carretera. Paré la autocaravana en cuanto pude, nos tiramos literalmente de ella y a pesar de que el viento nos impedía andar, conseguimos esquivar esos montículos que impedían que Ana y Estela viesen los icebergs. Llegamos a la orilla de Fjallsärlón (no está tan concurrida como Jökulsárlón) y… Oh my God!!, mis pelos se pusieron de punta y no era por el frío… Y no podía, mejor dicho, no podíamos dejar de gritar: ¡Esto es impresionante!.
El hielo que se desprende del glaciar de Breioamerkurjökull es el causante de tan espectacular escenario.
Contrata el mejor seguro para tu viaje al mejor precio
Alquila tu coche con hasta un 15% de descuento
Completa tu viaje con todas las actividades al mejor precio
Es una de las cosas más espectaculares e impresionantes que hemos visto. Esta imagen la llevaremos tatuada a fuego en nuestra memoria.
Nos acercamos a la caseta de la empresa Extreme Iceland que está en el aparcamiento para decir que teníamos contratada la salida en zodiac (56€/per) (también se puede hacer en barco anfibio que es más barato) y nos dijeron que se había suspendido la salida por causa del viento, que en unos días nos devolverían el dinero.
Era tal el espectáculo que teníamos delante que no podíamos perder ni un segundo lamentándonos así que sin importarnos mucho cogimos la cámara y 3000 fotos después…
… nuestras cámaras echaban humo, corríamos un gran peligro de quedarnos sin espacio en la tarjetas!
Chupando hielo milenario
La laguna tiene solamente 80 años, antes el glaciar Breioamerkurjökull llegaba hasta la carretera de circunvalación. Según desaparece el glaciar crece la laguna.
Como colofón final esta simpática foca nos salió a saludar entre los icebergs.
Nos resistíamos a irnos pero no nos quedaba otro remedio, todavía teníamos que ver la playa, también de arena negra, donde van a morir los icebergs. Está al otro lado de la carretera.
Camino a Djupivogur donde pasaríamos la noche.
Se nos había hecho muy tarde y no se veía ni un alma por la calle, tampoco es de extrañar, apenas viven 350 personas en esta aldea de pescadores. En el primer sitio aparente que vemos aparcamos para pasar la noche, y ese sitio fue en el puerto.
Al día siguiente nos esperaban unos cuantos kilómetros por delante, debíamos avanzar todo lo que pudiésemos atravesando los fiordos del este.
6 marzo, 2016 a las 11:50
Qué maravilla que exista un país así en el mundo! Y qué bien lo estáis contando y mostrando todo… Las fotos de carreteras solitarias, sin vestigio humano por ningún lado, me cautivan…
6 marzo, 2016 a las 11:51
Gracias Paco. Fotos de carreteras tenemos 1000, es la carretera más fascinante que he visto hasta ahora. Tienes que ir a comprobarlo por ti mismo. Un saludo.
15 marzo, 2016 a las 17:41
Q pasada!!! Cómo para no gritar como locas, es impresionante ver las fotos así que vivirlo en vivo y en directo debe de ser bestial…
La única pena el contratiempo del viento, habría estado genial el paseito con la zodiac pero bueno al mal tiempo…. MOGOLLÓN DE FOTOS!!! Un besazo chicas
15 marzo, 2016 a las 17:46
Mil gracias Carolina, volveríamos a vivirlo una y otra vez, es indescriptible lo que se siente al estar ante tan grandiosa naturaleza.