Hay dos tipos de bodas en Japón: la boda tradicional sintoísta y la boda al estilo occidental.
Para haber una boda, la pareja se tiene que conocer, una opción es mediante un Miai. Es una costumbre tradicional en la que se realiza una cita concertada para que dos personas solteras se conozcan con vistas a un posible matrimonio.
Actualmente alrededor del 10% de los matrimonios en Japón son concertados.
Los candidatos al miai son juzgados por un conjunto de criterios; educación, ingresos, ocupación, atractivo físico, religión, posición social y aficiones. Muchas mujeres buscan un marido estereotipado en tres atributos: altura, gran sueldo, y carrera universitaria (yo diría que esto es universal).
Un nakōdo, que suele ser un familiar o amigo, hace el papel de intermediario entre las familias en el proceso de miai. Entre sus funciones están la de presentar a los posibles candidatos y a las familias entre sí.
La iniciativa para un miai suele venir de los padres que sienten que su hijo/a con edad para contraer matrimonio (entre 22 y 30 años) ha mostrado poco o ningun interes en buscar pareja. Los padres a menudo planean miais con otras familias enviando una foto a un futuro espos@ o intermediario, sin el consentimiento de su hij@. El número de matrimonios miai son bastante bajos.
La pareja potencial y su familia se reunirá con el nakōdo para examinar los candidatos. Este tiene fotografías y un historial que incluye el nombre, edad, salud, educación y ocupación. Si todos los criterios son aceptables, se encargará de concertar el propio miai, una reunión informal entre la pareja, nakōdo, y los padres de ambas partes. Hacia el final de la reunión, la pareja pasará tiempo a solas para conocerse mejor.
Si el miai inicial tiene éxito, la pareja quedará a solas tres citas más, entonces es cuando deciden casarse o no. Si la decisión es positiva pasarán por un proceso de matrimonio formal conocido como miai Kekkon en la que se organiza una ceremonia de compromiso organizada por la familia del novio. Si no deciden casarse se rechaza la propuesta con una pequeña pérdida de honor por parte de la parte que se negó.
La ceremonia tradicional (Shinzen shiki) se celebra en un santuario sintoísta, el favorito es el Templo Meiji Jingu de Tokyo, a la que sólo los familiares más cercanos asisten a la boda.
La consigna es la sobriedad y la solemnidad. Ninguna expresión de júbilo y de alegría, que se reserva para la fiesta de después.
Entran primero los invitados y la familia de la pareja, después los novios, donde la novia entra de mano de su madre y sale de mano de su suegra. El novio entra y sale de la mano de su padre y el sacerdote sintoísta es el último.
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La ceremonia empieza con una oración en japonés clásico y más tarde los novios intercambian el “juzu”, un rosario antiguo y a continuación los anillos.
El momento más importante de la ceremonia es cuando beben el “San San Kudu”, que significa Tres-Tres-Nueve, que representa el Cielo, la Tierra y el ser Humano. Es el momento que simboliza la unión de la pareja con los dioses. Las tres tazas que se usa para esta ocasión se llaman “sakazuki” y se bebe en tres sorbos. El número nueve es, tres veces el número tres, que es el número sagrado y su significado es que traerá felicidad a la pareja.
Después de la ceremonia la novia se despoja del gorro y luce su precioso peinado.
Cabe destacar que la japonesa es una cultura donde prevalece el respecto y la sobriedad y por ese motivo el contacto físico y las muestras de cariño son muy escasas.
Las novias se visten con el “shiramuko”, un kimono de seda blanca y se caracterizan porque llevan la cabeza cubierta por un gorro circular (Wataboshi) o una especie de tocado (tsuno-kakushi) que sirve para tapar los celos a su suegra.
Las novias más tradicionales llevan su cara pintada de blanco como símbolo de virginidad y pureza.
Los novios llevan el “montsuki”, un kimono negro.
Otra característica de esta cultura es que los novios pueden elegir el estilo de sus ceremonias sin ser de su propia religión.
Cuando se recibe la invitación a una boda japonesa, el receptor tiene que devolverla con la contestación.
Además los invitados tienen que llevar el dinero en efectivo, que darán como regalo ese mismo día y lo podrán en un sobre especial llamado “shugi-bukuro” con el nombre del remitente escrito en el frente. La cantidad dependerá de la relación con los novios. La cantidad a regalar debe empezar siempre por número impar, porque los japoneses cuando se casan pretenden la unión y no dividir las cosas entre dos.
También es posible divorciarse en Japón.
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15 marzo, 2016 a las 18:05
No hay sitio donde no os encontreis una boda. Todo el día de fiesta!!! cómo os lo pasais!
17 marzo, 2016 a las 14:16
Fiestaaaaaa!!! bueno, ten en cuenta que esta es en Japón y toda era muy serio.