Para llegar al parking del Centro de Visitantes de la Cueva del viento hay que subir las empinadísimas calles de Icod de los Vinos. A escasos metros de parking se encuentra el centro de visitantes, punto de encuentro para partir hacia la cueva. Desde aquí la organización te lleva en furgoneta (5-10 minutos) hasta donde comienza un recorrido a pie de 15 minutos hasta la entrada de la cueva por un camino real hecho de lava. Los caminos reales, que tienen el ancho para permitir el paso de un carro tirado por dos mulas, eran las únicas vías de comunicación que había antiguamente entre pueblos.

En la cueva del viento se puede ver el mayor tubo volcánico de Europa y el quinto más largo del mundo. Los cuatro más grandes se encuentran en Hawai (Estados Unidos). Su nombre se debe a las corrientes de aire que se producen en su interior. Fue originado hace 27.000 años con lavas basálticas procedentes de la primera fase eruptiva del Pico Viejo, un volcán situado junto al Teide, que al igual que éste, también sobrepasa los 3.000 metros de altura.

Estos tubos volcánicos se forman gracias al mantenimiento del calor en el interior que hace progresar el frente de la colada. La conservación del calor queda garantizada cuando se desarrolla una costra continua que aísla térmicamente la lava interior y bajo ésta se van definiendo conductos de circulación preferente. Al terminar la erupción, la lava de estos conductos sigue circulando hasta dejarlos vacíos. En esta cueva se observan tres niveles de conductos que son producto de sucesivas etapas eruptivas.


Visitar la Cueva del viento permite comprender el papel de las coladas en el volcanismo, y contemplar las caprichosas formas de la lava en el interior de la tierra. En sus más de 17 kilómetros de extensión, se encuentran tres niveles de pasadizos diferentes y bellísimos fenómenos geomorfológicos, como simas, terrazas y otras formaciones lávicas, que no está descrito en ningún otro lugar del mundo.

La cueva no tiene iluminación artificial para no dañar el ecosistema, por lo que el recorrido se realiza con casco con una linterna frontal.

La Cueva del viento ya era conocida por los Guanches hace más de 2.000 años puesto que se han encontrado restos de enterramientos en la cavidad. Pero hasta el año 1776 no se tiene ninguna referencia de la misma. En 1989 se conecta la Cueva del viento con la del Sobrado a través de estrechas gateras, pasando el complejo a tener 14 kilómetros. En el año 1994 comienzan las obras para hacerla visitable.Dentro de la cueva se ha descubierto gran variedad de fauna cavernícola. Alfredo, nuestro guía, un tío al que le se nota que disfruta con su trabajo (que por cierto, lo hace muy bien), nos cuenta sobre estos bichitos que se las ingenian para vivir aquí dentro y nos pareció muy curioso.

190 especies, la mayoría invertebrados, viven en una oscuridad total con una humedad muy alta a temperatura constante, si a esto le añadimos el escaso alimento, la vida bajo tierra se hace difícil. Sobrevivir en estas condiciones ha obligado a las especies cavernícolas a evolucionar y a producir adaptaciones que las diferencian de sus parientes del exterior prescindiendo de órganos innecesarios, lo que hace que se produzcan cambios increíbles.

Por si a alguien le queda alguna duda de lo sabia que es la naturaleza y del poder de la subsistencia os contamos cómo se lo montan estos bichitos para sobrevivir: algunas especies ponen menor cantidad de huevos para asegurarse la subsistencia de las crías por falta de alimento, otros pierden su decoloración corpórea, las cucarachas pierden la visión al desaparecer sus ojos por falta de luz y la cochinilla de la humedad hace desaparecer su pigmentación, ya que no la necesita al no haber luz solar. Ingenioso ¿o no?

A algunos se les desarrollan otros sentidos, como al escarabajo, al que sus largas antenas le proporcionan un fino olfato y un delicado tacto que suplen la ceguera. Además, como el alimento es escaso, estos animales pueden ayunar durante meses gracias a un metabolismo muy ralentizado como el caso de la araña cavernícola.

En el interior de la cueva también se han encontrado restos fósiles de animales vertebrados ya extinguidos, como la rata y el lagarto gigante, y otros restos óseos de especies ya desaparecidas en Tenerife, como la graja y la hubara.

Acabada la expedición regresamos a la furgoneta andando por otro camino distinto (muy corto) donde se puede apreciar la riqueza etnográfica de la zona, al tiempo que se disfruta de la belleza paisajística formada por el particular pino canario.

Datos prácticos

  • Solo se puede visitar la cueva previa reserva online.
  • Para realizar la visita es obligatorio calzado de senderismo.
  • Se aconseja llevar pantalón largo y algo de abrigo (14 grados, 80% de humedad).
  • No está permitido llevar bolsos ni mochilas.
  • Las rutas guiadas se realizan con 15 personas máximo.
  • Duración de la visita: 2 horas. Se trata de un recorrido de 1.200 metros.
  • Horarios: Abierto de martes a sábados de 9:00h. a 16:00 h.
  • Precios: Adultos 20€. Niños (5 a 12 años) 8,50€. Para los residentes canarios 10€ y para los niños 5€. No está permitida la visita para menores de 5 años. No recomendado para personas con claustrofobia y con problemas de movilidad.
  • Cómo llegar: Probablemente, si vas guiado por un GPS no te llevará bien, lo más aconsejable es llegar a Icod de los Vinos y una vez allí seguir las indicaciones, si el día está despejado se tienen unas vistas impresionantes del Teide.

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