Acabamos nuestra visita en Obernai y conducimos durante 37km hasta llegar a nuestra siguiente parada el Castillo de Haut Koenigsbourg.
Todos sabemos que Francia es país de castillos, quizás los más conocidos son los castillos del Valle de Loira, pero a 62 km de Estrasburgo hay un castillo que transporta al medievo: ese el castillo de Haut Koenigsbourg. Es uno de los monumentos más visitados de Francia, un imprescindible que no hay que perderse en un viaje a Alsacia.
Dejamos el coche en uno de los aparcamientos que hay a lo largo de una parte de la colina, hay unas 150 plazas y son gratuitas. (Donde aparcar en Alsacia).
La entrada al castillo cuesta 9€/persona. Se visita por libre y hay disponibles audio guías. La taquilla cierra 45 minutos antes de la hora del cierre del castillo. Os dejamos enlace a la página oficial del castillo de Haut-Koenisbourg por si varían los horarios y precios en futuras fechas.
Esta maqueta situada enfrente de la taquilla, ayuda a hacerte una idea de la grandiosidad del castillo.
Cruzamos las murallas por la puerta principal, decorada con el escudo de armas de los Tiersten, sus propietarios durante el siglo XV.
El castillo de Haut- Koenigsbourg está situado estratégicamente; en su día estuvo destinado a vigilar las rutas del vino y del trigo en el norte, y la de la plata y la de la sal de oeste a este. Los suecos lo dejaron en ruinas durante la guerra de los Treinta Años, y después quedó abandonado.
A comienzos del sigo XX se rehabilita el castillo después de dos siglos y medio de abandono siguiendo las instrucciones del emperador Guillermo II de Hohenzollern con objeto de hacer del castillo un museo de la Edad Media.
Comenzamos la visita por las dependencias que se encuentran en la planta baja. La bodega, cuya longitud indica la anchura del espolón rocoso sobre el cual está construido el castillo. La cocina, en el edificio norte, con un fregadero y dos chimeneas. Y el pozo de 62m. de profundidad que abasteció de agua durante más de un mes al asedio sueco durante la guerra de los Treinta Años. Este pozo fue fortificado para no ser apartado del edificio por un ataque de la artillería.
En el patio interior las galerías de madera del lado sur fueron reconstruidas sobre la base de las consolas de piedra existentes.
Una preciosa escalera de caracol nos permite continuar con la visita por el primer piso donde se encuentra la capilla, la sala de los trofeos de caza y la sala de armas.
Impresiona lo acogedoras que son sus salas interiores, con pinturas murales, muebles renacentistas y enormes estufas de hierro.
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Un puente levadizo atraviesa la fosa que separa el edificio oeste del jardín.
Seguimos ascendiendo hasta el gran bastión que fue construido para servir de protección y asegurar la defensa del edificio.
En la monumental torre sur, las aberturas ofrecen una maravillosa vista hacia los Vosgos y la llanura. Desde la torre norte se divisan dos castillos: El Ortenberg y el Frankenbourg, sobre las cimas vecinas.
El castillo está a 800 m. de altura, así que las vistas de la región son impresionantes.
Tenemos que reconocer que el Castillo de Haut-Koenisbourg es el que más nos ha impresionado de todos los que hemos visto a día de hoy, y con este buen sabor de boca nos vamos a Bergheim.
24 octubre, 2016 a las 17:30
Que pasada de fotos!
Sois unas artistas, que bien transmitís esas ganas de viajar :))
27 octubre, 2016 a las 11:49
Gracias Clara, nos hacemos un viajecito después del mir?
2 septiembre, 2017 a las 12:22
Qué maravilla su ubicación en lo alto de la colina y qué maravilla sus interiores. Preciosas fotos. ¡Dan ganas de ir ya!
Un saludo, Violeta.
5 septiembre, 2017 a las 16:27
Es uno de los castillos más bonitos que hemos visto a día de hoy, es una auténtica maravilla. Recomendable 100%